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Mi nombre es Luis Sellán; profesor en historia y periodista vocacional. Este es un espacio pluralista,independiente y con opinión, De politica,cultura y sociedad, un lugar donde sembrar ciudadanía.Mails y comentarios a luis.betoluis.sellan@gmail.com

domingo, 27 de marzo de 2011

LA CHICA DE LOS OJOS VIOLETAS


Mientras estabamos dedicandole notas al día de la memoria en nuestro blog; una de las mayores divas que haya dado la historia del cine, Elizabeth Taylor, más conocida por todos como Liz Taylor, nos dejaba el miércoles a los 79 años de edad. Fallecía acompañada de sus hijos Christopher Wilding, Liza Todd, Maria Burton y Michael Wilding. “Su legado nunca desaparecerá”, ha declarado este último. “Mi madre era una mujer extraordinaria que vivió la vida al máximo, con gran pasión, humor y amor. Aunque su pérdida es devastadora para todos los que estábamos unidos a ella y la queríamos, siempre nos inspirará su perdurable contribución a nuestro mundo”.
Tras una larga estancia en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles, ingresada desde hacía dos meses, su frágil corazón dejaba de latir. Y es que esa fuerza que derrochó siempre en la gran pantalla contrasta con las numerosas enfermedades a las que tuvo que enfrentarse en vida. Intervenida quirúrgicamente en más de 20 ocasiones, sufría diabetes desde hacía años e iba en silla de ruedas a causa de la osteoporosis que padecía. Elizabeth Taylor se ha ido físicamente. Su cuerpo ha dicho basta, pero siempre estará presente en la memoria colectiva de los buenos amantes del cine, entre los que estamos todos los que hacemos está página web.
Elizabeth Taylor, cuyo nombre completo era Elizabeth Rosemond Taylor, fue hija de emigrantes estadounidenses en el Reino Unido, con los que regresó a América poco antes de la Segunda Guerra Mundial, en 1939. Su padre, que era marchante de arte, había abierto una galería en la capital británica y su madre, también actriz, se retiró tras su nacimiento. El destino quiso que los Taylor se establecieran finalmente en los Ángeles.
Elizabeth Taylor siempre dijo que ella nunca quiso ser una estrella de cine.Aquella meta profesional le fue impuesta en cierto modo por su madre, que siempre se empeñó en que realizara una carrera como actriz. Consiguió eso y mucho más; la historia del cine no nos ha brindado muchas actrices como ella. Un amigo de la familia se percató de su innegable belleza y decidió presentar una prueba de cámara a la Universal. Así debutaría con el cortometraje ‘There’s one born every minute’ (1942), antes de que la productora la dejara ir y fichara por Metro Goldwyn Mayer, que la llevaría al estrellato.
Con once años participó en dos películas. En ‘Alma rebelde’ (1943), una adaptación de la célebre novela de Charlotte Brontë, interpretaba a una niña llena de vitalidad acompañada de un reparto de auténtico lujo encabezado por Joan Fontaine y Orson Welles. En ‘La cadena invisible’(1943), película que supone la primera aparición de la Lassie en la pantalla, Taylor estuvo acompañada de otra estrella infantil de la época, Roddy McDowall. La película obtendría el Oscar a la mejor fotografía.
‘Fuego de juventud’ (1944), en la que también estaba Mickey Rooney, le cambiaría la vida radicalmente. MGM modificó sustancialmente sus condiciones laborales y su contrato pasaría a ser de larga duración, elevándola a la categoría de estrella. Aquí otro animal es también el protagonista, un caballo de carreras. Mike Taylor (Mickey Rooney) es un aventurero oportunista, que llega por azar a la casa de una familia inglesa, cuya hija menor, Velvet Brown (Elizabeth Taylor), que tiene una pasión incontrolable por los caballos, gana un hermoso ejemplar jugando a la lotería. Entonces la convence para llevar el caballo al Grand National, la carrera más importante de Inglaterra.
En los años venideros, Elizabeth Taylor no pararía de trabajar, alcanzando el estatus de estrella con películas como ‘El coraje de Lassie’ (1946), ‘Recursos de mujer’ (1947), ‘Mujercitas’ (1949), ‘El padre de la novia’ (1950) y su secuela ‘El padre es abuelo’ (1951). Una vez en la cima del éxito, contaron con ella para títulos tan sonados como ‘Un lugar en el sol’ (1951), en cuyo rodaje conocería a uno de sus mejores amigos, Montgomery Clift, ‘Quo vadis’ (1951), ‘Ivanhoe’ (1952), en la que enamoraba a su propio hermano, el actor Robert Taylor, ‘La senda de los elefantes’(1954), ‘El árbitro de la elegancia’ (1954) y ‘La última vez que vi París’ (1954), que rodó con 22 años. En 1956 compartiría cartel con James Dean en ‘Gigante’, película de infausto recuerdo por ser la última del actor, que moriría en un accidente de tráfico. Precisamente, ahora han salido a la luz pública unas impactantes declaraciones que hizo la actriz en una entrevista hace catorce años sobre su gran amigo James Dean.“Cuando Jimmy tenía 11 años y su madre murió, comenzó a sufrir abusos por parte del pastor de su iglesia. Creo que aquello le persiguió durante el resto de su vida. De hecho, sé que fue así”. El contenido de la entrevista no había sido desvelado hasta ahora por un pacto con el periodista.
Elizabeth Taylos consiguió su primera nominación al Oscar por su papel en la película ‘El árbol de la vida’, de 1957. Además, pudo presumir de haber sido nominada los siguientes tres años por ‘La gata sobre el tejado de Cinc’ (1958), ‘De repente el último verano’ (1959) y ‘Una mujer marcada’ (1960), interpretación que le valió su primera estatuilla. Ostenta el récord de cuatro nominaciones en años consecutivos, como el actor Marlon Brando.
No volvería a trabajar hasta pasados tres años, pero volvió encarnando, nada más y nada menos, que a la mismísima Cleopatra.Fue la película más cara de la historia por aquel entonces, con unos decorados de una belleza majestuosa y con un rodaje de lo más ajetreado, por el que la actriz llegó a cobrar un millón de dólares (la primera estrella de Hollywood en embolsarse tal suma de dinero). Durante el rodaje, conoció a Richard Burton, el gran amor de su vida junto con Mike Todd. Ambos, Elizabeth y Richard, coincidirían hasta en un total de once películas:‘Cleopatra’ (1963), ‘Hotel Internacional’ (1963),‘Castillos en la arena’ (1965), ‘¿Quién teme a Virginia Wolf?’ (1966), ‘La mujer indomable’(1966), ‘Doctor Fausto’ (1967), ‘Los comediantes’(1967), ‘La mujer maldita’ (1968), ‘Bajo el bosque lácteo’ (1972), ‘Pacto con el diablo’ (1972), por la que ganó el Oso de Plata a la mejor actriz en el Festival de Berlín.
Mención especial merece su magistral interpretación en ‘¿Quién teme a Virginia Wolf?’, por la que recibiría una segunda estatuilla, a la postre la última de su carrera. En ella se escenificaba un tormentoso matrimonio junto a su entonces esposo, Richard Burton, y algunos llegaron a asegurar que sólo era una traslación al cine de la tumultuosa relación que ambos mantenían.
A mediados de los 70, su carrera en el cine tocaba ya a su fin, a la vez que se centraba más en películas para la televisión y comenzaba su interés por las labores sociales. En la década de los 90, se dobló a sí misma y puso voz a Maggie Simpson en un capítulo de Los Simpson. Su última aparición en el cine sería ‘Los picapiedra’ (1994), donde interpretaba a la madre de Pedro Picapiedra. Intervino también en series como en ‘Esas chicas fabulosas’ (2001).
Una agitada vida sentimental
Su primer matrimonio se produjo cuando ella tan sólo tenía 18 años y fue con el fundador de la cadena de hoteles Hilton, Conrad Nicholas Hilton, del que se divorciaría diez meses después. Tras este matrimonio fallido, Taylor volvió a enamorarse y contrajo nupcias con Michael Wilding, en 1952. La pareja tuvo dos hijos, Christopher y Michael Jr, antes de separarse en 1957. Siendo madre, la actriz se casó una vez más, esta vez con el productor de Hollywood, Mike Todd, quien fallecería en un accidente aéreo un año después y con quien Elizabeth tuvo a su tercer hija, Frances Elizabeth. Les separaba una gran diferencia de edad, Elizabeth tenía 23 años y Mike Todd 47.
No pasó mucho tiempo antes de que Liz se enamorara de nuevo, esta vez de un cantante, Eddie Fisher. Eddie estaba casado por aquel entonces con la mejor amiga de Liz Taylor, Debbie Reynolds, algo que no le importó demasiado cuando comenzó un romance con Eddie, que acabó en boda, a pesar del escándalo que supuso este noviazgo. Debbie Reynolds llegó a decir que “sólo era porque Mike Todd había muerto, y Eddie era su mejor amigo, y ella pensó que debería estar con él para poder hablar de Mike Todd todo el tiempo”. Al parecer, Carrie Fisher (la princesa Leia, para entendernos), nunca le guardó rencor a Elizabeth Taylor por acabar con el matrimonio de sus padres: “Si mi padre tenía que dejar a mi madre por otra mujer, estoy muy agradecida de que fuera Elizabeth”.
La unión duró cerca de media década, pero tocó a su fin cuando ella conoció al hombre con el que se casaría dos veces, el actor Richard Burton, con el que coincidió en el rodaje de ‘Cleopatra’ en 1963. Aunque ambos estaban casados, nada pudo interponerse entre ellos. En su momento, formaron la pareja con más glamour del panorama cinematográfico a nivel mundial, aunque fue una relación de idas y venidas. Adoptaron una hija, María Burton, pero acabaron divorciándose en 1974 y volviéndose a casar en 1975, una unión que volvió a terminar en divorcio once meses después, en 1976. Pero aún tendría ganas para vivir otros dos matrimonios más, que corrieron la misma suerte que los anteriores. Taylor contrajo matrimonio con el congresista John Warner en 1976 y unos años después el amor volvería a romperse. Su siguiente matrimonio fue con un trabajador de la construcción, Larry Fortensky, a quien conoció en 1991 y con quien mantuvo una relación de cinco años. Se ha llegado a decir de ella que tenía que formalizar toda relación que tuviese. En total, ocho matrimonios con siete hombres diferentes.
Su labor humanitaria
Durante los 70 su carrera cayó en picado y la actriz fue alejándose paulatinamente del cine para dedicarse a causas sociales, como la lucha contra el SIDA. Tras conocer la noticia de su fallecimiento, Barbra Streisand pronunció las siguientes palabras: “es el fin de una era, no sólo porque fuera una gran estrella, sino por su humanitarismo. Puso una cara a la lucha contra el Sida. Fue divertida y generosa”. Elizabeth Taylor realizó un apoyo activo a las campañas del SIDA desde mediados de los 80, una época donde la enfermedad era aún un tabú para muchos. Las organizaciones supieron elogiar su trabajo, siempre altruista en este campo e impulsado por la muerte en 1985 de su amigo Rock Hudson. Estuvo al frente de numerosas campañas de recaudación de fondos contra la enfermedad, motivo por el que recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1992 y el título de Dama del Imperio Británico por la Reina de Inglaterra en el 2000.
También es conocida su profunda amistad con Michael Jackson. Fue ella quien lo llamó, por primera vez, ‘El Rey del Pop’, durante una entrega de premios. Michael le dedicó la canción del álbum ‘Bad’‘Liberian Girl’, y escribió una canción para el cumpleaños de la actriz en 1997 titulada ‘Elizabeth I love You’. La actriz estuvo siempre al lado del cantante en los momentos más duros, cuando fue acusado de abusar de menores en su rancho de Neverland, en California.

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