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Mi nombre es Luis Sellán; profesor en historia y periodista vocacional. Este es un espacio pluralista,independiente y con opinión, De politica,cultura y sociedad, un lugar donde sembrar ciudadanía.Mails y comentarios a luis.betoluis.sellan@gmail.com

domingo, 23 de febrero de 2014

DESDE EL MIRADOR: VENEZUELA Y LA REDEFINICIÒN SOBRE QUE ES LA DEMOCRACIA (*)



POR LUIS SELLÁN
MOTOCICLISTA LLEVA A UNA JOVEN ASESINADA




A la hora de analizar la crisis en Venezuela desde aquí, cometeríamos un error si lo hacemos solamente desde la visión pequeña y sesgada de 6/7/8 y Luis Delia o Telenoche y otros “notables” de la comunicación y la política argentina. Creo que la situación en la República bolivariana nos debe hacer repensar sobre que es la democracia y que entendemos cuando hablamos de ella, teniendo en cuenta que  en Venezuela hoy ambas facciones en pugna se acusan mutuamente de autoritarios y fascistas y se culpan de las muertes que hoy riegan de sangre la tierra  del hermoso país caribeño.

COLLAGE QUE REPRESENTA LA ICONOGRAFÍA CHAVISTA
EL CHAVISMO: Este movimiento surgió bajo el liderazgo de Hugo Chávez a partir del fallido golpe de estado febrero de 1992 contra el presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez, quien en la década del setenta durante su primer mandato (1974/1979) tenía popularidad por ser un hombre del progresismo que hizo que Venezuela fuera un bastión de la defensa de los derechos humanos, y ser considerada la Arabia Saudita del caribe debido a los réditos obtenidos por la renta petrolera. Muchos argentinos, debido a esa popularidad humanista, se cobijaron en ese país durante la última y sangrienta dictadura militar. Sin embargo la crisis económica que afecto a Venezuela a fines de la década del ochenta; durante el segundo mandato de Pérez; y los escándalos de corrupción que concluyeron con su destitución y encarcelamiento provocaron el alzamiento militar, que si bien fracasó y terminó con la cárcel para su líder por dos años, significó los cimientos del movimiento chavista que gobernaría a partir de fines del siglo XX.
Años después Chávez fue indultado por el octogenario presidente Calderas, que le permitió convertirse en una alternativa política y llegar al poder en el año 1999, inaugurando la etapa del denominado “socialismo del siglo XXI” y de la República bolivariana. Muy pocos recordarían en ese tiempo que Chávez había surgido como consecuencia de una intentona golpista contra un presidente elegido por el pueblo, un gobierno corrupto; si, tan corrupto y desprestigiado como la mayoría de la dirigencia política tradicional venezolana, pero elegido por el pueblo, al igual que Maduro. Todos presidentes de un país rico pero con una pobreza lacerante, propia de las desigualdades de nuestros pueblos latinoamericanos.
Chávez impuso con una verba prodigiosa, un carisma inigualable y una vasta cultura un nuevo estilo de política latinoamericanista, fue un retorno al discurso olvidado durante el reinado del neoliberalismo y las dictaduras de la patria grande americana. Se acercó al socialismo castrista y bregó incansablemente por un cambio de paradigma político en su país y en el continente, lográndolo en cierto modo. Quizás el momento más álgido y brillante de su accionar fue la cumbre de las Américas en Mar del Plata y su decidido repudio al ALCA, donde unió a toda la izquierda latinoamericana en un sólo abrazo de integración y soberanía. Chávez volvió a hablar de América unida y emancipada, y eso no fue poca cosa tras el vendaval neoliberal que azotó la historia reciente de nuestro continente, una historia que parece estar condenada a procesos cíclicos interminables.
Sin embargo los caminos de la democracia chavista fueron ambiguos, reformó la constitución donde impuso la revocatoria de mandato por pedido popular-hecho que espantaría a más de un demócrata republicanista-se sometió a un plebiscito popular para su reelección en el 2007 que perdió, aunque en el 2008 finalmente pudo imponerse y lograr la reelección “eterna”. Fue duro con la oposición y acusado de ejercer un control policial sobre la misma como así también la prensa, canceló licencias de radio y TV y limitó la venta de papel para diario. Ejerció un relato revolucionario imitando a la revolución cubana, recreando la figura del pionero revolucionario aunque allí no haya habido un manifiesto de Sierra Maestra ni una revolución, ni guerrilleros revolucionarios, sino una mera construcción de simbología revolucionaria. En este sentido el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner suele caer en imitar esas demostraciones simbólicas, por ejemplo en el día de ayer en oportunidad de una de sus habituales cadenas-que se parecen al programa Aló Presidente que hacia el fenecido Hugo Chávez-estaban sentados detrás de la presidenta un grupo de jóvenes vestidos a la usanza de pequeños pioneros chavistas.
Finalmente el cáncer termina con su vida, joven, en plenitud todavía y por esa manía que tiene los lideres populista que no permiten que ni siquiera en la muerte surja alguien que los eclipse-como Perón con Isabel- eligió a Maduro como sucesor. Con Chávez fuera de este mundo terrenal el sueño de la revolución chavista empieza ineludiblemente a desvanecerse y quizás otro ciclo empiece a aparecer en el firmamento de la nación caribeña.


¿COMO ENTENDEMOS LA DEMOCRACIA?
PRESIDENTE MADURO
LIDER OPPOSITOR CAPRILES
Entonces: ¿Qué es la democracia? Limitar la democracia al hecho de haber ganado una elección es un reduccionismo peligroso para la democracia misma. El gobierno de Maduro pone a todo aquel que se le oponga-medios, políticos, sindicalistas, estudiantes-en el irretornable lugar de fascista- en nuestro país se dice destituyente-. Catalogar con este término es no dar  ningún tipo de posibilidad de dialogo, es poner al otro en el peor de los lugares políticos, del que no se vuelve, es consagrarlo como enemigo no solo de un gobierno sino de la democracia y del país, es cerrar todo tipo de discusión democrática. Decir que quienes marcharon en estos días son todos fascistas es un reduccionismo temerario. Quiénes marchan son en su gran mayoría jóvenes estudiantes, y donde hay estudiantes hay ansias de cambios, de trasformación, más allá de quienes sean los dirigentes que los convocan, en cierto modo son convocados por el hartazgo. Pero la oposición venezolana no es inocente en este lamentable proceso, parte de ella como dice Atlio Borón en un artículo de Pagina 12, es “promotora de una escalada cuyo único objetivo es la destitución del gobierno de Maduro”, y esto es inadmisible una cosa es la protesta democrática, y otra cosa diferente es exigir en forma autoritaria, y ahí podríamos admitir el termino fascista, un cambio de régimen, que como también dice Borón: “es una forma amable de pedir un golpe de estado”. Golpe de estado que algunos de estos dirigentes intentaron contra el presidente Chávez, apoyados por una corporación mediática, de grupos de poder económico y apoyados claramente por el Departamento de Estado que ve en Venezuela un bastión de lo que “no debe ser”. Venezuela no molesta al imperio por sus vestigios autoritarios, que los tiene, sino porque no le perdonan el “ALCARAJO” de Chávez.
La oposición venezolana también decidió no participar en una de las elecciones años atrás  y dejar al chavismo con el poder absoluto y creyeron en las últimas elecciones parlamentarias que  ganarían y tendrían la suficiente fuerza para forzar una revocatoria de mandato- que es un procedimiento constitucional-. Al no conseguirlo ha decidido salir a la calle como prueba absoluta de impotencia e incapacidad política.
De todos modos las imágenes que hemos visto-y no vamos a entrar en analizar quien propaga esas imágenes porque son elocuentes- son espantosas, una sociedad militarizada, con para-militares disparando y asesinando jóvenes y reprimiendo a manifestantes desarmados, y eso es violación de los derechos humanos, y estos no son de derecha ni de izquierda, el terrorismo de estado es abominable, independientemente de quien lo practique y debe ser repudiado. Por eso es inentendible que cierta izquierda argentina y el gobierno nacional siga defendiendo incondicionalmente la represión de Maduro, qué a decir verdad es más moderado que el dirigente Luis Delia quien propuso fusilar al dirigente opositor López, que más allá que sería una locura si eso sucediera, pondría a la oposición en el escenario que quizás más le seduce, la de mártir. Ya la cárcel de este nuevo emergente de la oposición venezolana los pone en el papel de víctima que irá creciendo proporcionalmente a los  días dure la prisión del dirigente.
Lo que hay que defender en Venezuela es la institucionalidad, la democracia y la legitimidad política, no en particular a Maduro, la república y la democracia es lo que importa y esta violencia de ambos lados la está poniendo en grave riesgo.
La democracia en Venezuela y en toda Latinoamérica se mejora democratizando la democracia, es decir con la irrestricta vigencia de los derechos humanos, la justicia, el respeto por las instituciones, el fin de la corrupción. Pero fundamentalmente con la profundización de la justicia social, la distribución del ingreso, la igualdad de oportunidades. Porque no hay democracia si esta se trasforma en un banquete de opulencia y obscenidad, donde mientras unos pocos ya van por el postre, la mayoría del pueblo todavía no ha podido tocar un solo cubierto.