Mi pasión por la literatura latinoamericana nació de la dulce voz de la profesora Lea Cáceres, que en el quinto año nacional nos leía textos “riesgosos”- y en buena ahora que lo hizo- allá a fines de los70; como “Cien años de Soledad” o “la ciudad y los perros”; de García Márquez y Vargas Llosa respectivamente. Por un error de la dictadura seguramente, Bruguera inició una colección llamada Club Bruguera, promocionada por ATC (Argentina Televisora Color), que empecé a comprar y leer desde el primer libro, gracias a ese estímulo inicial. Lamentablemente siempre espere que llegara “Pantaleón y las visitadoras”(1), la magistral obra del escritor de Tacna. Pero seguramente era demasiado fuerte para que sea autorizada por los esbirros de la dictadura. La historia de un jefe militar que se le ocurre contratar a un grupo de prostitutas para satisfacer los deseos carnales de sus suboficiales y soldados, faltos de mujeres, no era pasable por los mediocres dictadores que veían como natural el asesinato y la tortura pero debían mostrar para el afuera una moral incólume e intocable.
En alguna librería de avenida Corrientes, ya empezado mis estudios en periodismo encontré un ejemplar de Pantaleón, y luego fui leyendo otros como La Tía Julia y el escribidor, Los Cachorros - Los Jefes. Y en teatro la señorita de Tacna, estrenada en Buenos Aires en el 82 con dos actores prohibidos, Norma Aleandro y Emilio Alfaro, y con Vargas Llosa dirigiéndola.Por momentos parece mentira que un escritor que ha escrito siempre por izquierda, denunciando fuertemente y con una pluma magistral las atrocidades de las dictaduras latinoamericanas, haya; a partir de los noventa con el imperio de las ideas del neoliberalismo; apoyado cuanta organización predicadora del más rancio y fundamentalista neo-liberalismo haya existido. Su odio al presidente Alan García- el de: “Ay patria mía dame un presidente como Alan García”; tal como expresaban los afiches del peronismo de los años 80, fue fundamental en este desvarío ideológico que le valió entre otras cosas su enemistad definitiva con Gabriel García Márquez.
Fue candidato a presidente en dos oportunidades, una compitiendo con el precitado García; actual presidente; y otra con el tristemente celebre Fujimori; en ambas ocasiones salió derrotado. Esta ultima decepción electoral lo llevó a retirarse de la política y exiliarse en Estados Unidos, desde allí no ha parado de escribir; siendo su ultima obra la Fiesta del chivo, otro crudo testimonio de las calamidades latinoamericanas, allí relata el fin de una era dando voz, entre otros personajes históricos, al implacable general Trujillo, apodado el Chivo, y al sosegado y hábil doctor Balaguer (sempiterno presidente de la República Dominicana). Pero además en estos últimos años no paró de referenciarse en los proyectos más deleznables del conservadorismo internacional y quizás por los estragos que hace la edad en la gente, no paró de hacer declaraciones abominable, desafortunadas e equivocas, eligiendo como flancos predilectos al Pte. Venezolano Chávez, al boliviano Evo y últimamente también al matrimonio Kirchner.
LA FERIA Y LOS ESCRIBAS DEL PODER
A todo esto el premio nobel de literatura, fue elegido por la fundación El Libro; que realiza todos los años la Feria en Buenos Aires para realizar la apertura de la misma, esto significó que desde el Director de la Biblioteca nacional Horacio González y también de los escribas del kirchnerismo; enrolado en carta abierta; se produjera una andanada de criticas e intentos de censura a la presencia de Vargas Llosa, que no hicieron otra cosa que prestigiar aun más al escritor peruano y darle mas motivos a su filosa y senil lengua, y por supuesto un buen argumento para vender mas libros y generar estos debates que no conducen a nada.El mismo Vargas Llosa dijo que lo obligan a hablar de política y además señaló sin ponerse colorado que ni siquiera la dictadura militar argentina lo había censurado como se hizo ahora en plena democracia.
Es de esperar que la visita del autor de Pantaleón pase rápido, y que no sea motivo de regodeo “intelectual”, tanto para enemigos como amigos, que aprovecharán su presencia para convertir la feria en un ring electoral, es de esperarse también que no aparezca ningún jovencillo camporista que quiera demostrar ser mas papista que el papa, y saque toda su furia de montonerismo primitivo y tire un huevaso u otra calamidad sobre el rostro del peruano, dándole un motivo ideal al monopolio que tanto aborrecen para hablar de la intolerancia del poder y al premio nobel, y quizás a su mediocre hijo Álvaro a desarrollar sus verborragias agresivas.
Yo por las dudas me voy a caminar por Corrientes o Santa Fe, que los libros son más baratos, total eso del autor al lector es puro verso.
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