Datos personales

Mi foto
Zárate, Buenos Aires, Argentina
Mi nombre es Luis Sellán; profesor en historia y periodista vocacional. Este es un espacio pluralista,independiente y con opinión, De politica,cultura y sociedad, un lugar donde sembrar ciudadanía.Mails y comentarios a luis.betoluis.sellan@gmail.com

domingo, 22 de noviembre de 2015

Desde el Mirador: UN SUEÑO

  Por Luis Sellán
 Anoche tuve un sueño, no sé bien quien ganó el ballotage en mi sueño. Aparentemente era un “conservador lúcido”, no sé si era un conservador que siempre lo había sido u otro que también siéndolo, por mera conveniencia había apoyado a un gobierno populista con discurso de centro-izquierda. El sueño era no después de la elección, sino días después de asumir. Veía un presidente con muchos problemas pero que tenía la capacidad de darse cuenta que no lo podía hacer sólo. Sabía lo que debía cambiar, lo que no podía cambiar y lo más importante, se había dado cuenta de la diferencia entre ambas cosas. El tipo, parece, había entendido que debía dialogar, que tenía la responsabilidad de ser el presidente que construyera, al fin, una democracia real, con diálogo, con justicia, con igualdad de oportunidades. Se sentó ese 11 de diciembre en el sillón de la calle Balcarce y pensó, una vez que habían pasado los cortos festejos- cada vez son más cortos los festejos-, recordando al primer presidente de esta democracia. Quien recitaba el preámbulo porque era lo único que podíamos rescatar, lo único por lo que valía la pena luchar, por lo único que se podía soñar. Y recordó tres frases: “Garantizar la igualdad, garantizar la justicia, garantizar la libertad”. “A la mierda”, parece no tan difícil, pensó: Dándose cuenta que ese era el camino y empezó a conversar, con los trabajadores, con los empresarios, con todos los periodistas a quiénes les exigió que lo siguieran con marca severa: “no me dejen pasar una”. Habló con todos los políticos. El primero al cual convocó fue a quien había derrotado en el ballotage, luego con la derecha, luego con el centro y más tarde con la izquierda, y lo más loco de todo es que hasta la izquierda se sentó a conversar con ese presidente. Seguramente íbamos a seguir teniendo muchas diferencias, la democracia es eso, el conjunto de diferencias que nos igualan, lo que nos permite crecer como nación, como pueblo, pero buscando las coincidencias, porque al fin y al cabo, debemos tener principios comunes, tenemos que tenerlos, ¡carajo!.
Y de a poco, a medida que el sueño iba avanzando, nacía un nuevo país: Sin “negros de mierda”, sin colonizados, sin “clase media de mierda”, sin periodistas militantes y sin periodistas serviles al poder de la guita, solamente periodistas, sin mentiras ni verdades absolutas, con discusión, con apasionados debates, con conflictos, pero sin brechas absurdas. Un país con la “unión de los que aún estamos vivos”.
Me desperté temprano, pensando en mi sueño, que por ahora fue solo eso, pero no me pude volver a dormir. Pensé que quizás ese sueño podía ser posible, no tanto por la voluntad de un presidente- que es efímero- sino con la militancia cotidiana de cada uno de nosotros por un país cada vez más justo, sin miedos, sin rencores, sin odios, pensando que cada uno de nosotros somos importantes. Me levanté y fui a votar, todavía no se bien por quien, pero seguro que de mí dependía aunque sea un poquito hacer realidad mi sueño, el sueño que ojalá sea de todos…y de todas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario