POR LUIS SELLÁN
En el año 2002 el país hervía todavía por los efectos de la
crisis del año anterior, los partidos políticos habían estallado y la burocracia
sindical cómplice del menemato no salía de sus guaridas por miedo a los
escraches y la repulsa popular. Sin embargo una nueva fuerza política empezaba
a nacer bajo el liderazgo de la diputada
radical chaqueña Elisa “lilita” Carrió, la cual con un discurso claro, denuncias fulgurantes y
su autodefinición como “gorda y periférica” empezó a ganarse el cariño y la
credulidad de la gente. Esa fuerza era el ARI (Afirmación para una República de
Iguales) donde se juntaban diversos dirigentes emanados de lo mejor de la
cultura política argentina como Alfredo Bravo, Osvaldo Álvarez Guerrero, Marta
Maffei, entre otros. Precisamente el ARI convocó a un acto frente al Congreso
por la democracia y la justicia social compartido con Luis Zamora; el dirigente
trotskista que la gente admiraba más porque termino vendiendo libros una vez
terminado su mandato como diputado que por sus posiciones de socialismo duro y dogmático;
y la CTA, una de las más brillantes construcciones sociales y sindicales que se
hayan creado, que resistió y combatió el vendaval neoliberal de los noventa.
Pero ninguno de los dirigentes máximos de las tres fuerzas convocantes hablaron
en el acto-quizás por exceso de ego-en el mismo se leyó un tibio discurso leído
por los actores Héctor Bidonde y Norman Briski que presagiaba lo difícil que
iba a ser construir una alternativa de
izquierda democrática en el futuro.
Tiempo más tarde y tras un viaje que hizo lilita a Sudáfrica
volvió con el chip cambiado, dejó sus ideas de centro-izquierda que aseguraba
defender y bañada con un discurso de “Fukuyarismo” decretó el fin de las
ideologías, del paradigma izquierdas-derechas, y que la alternativa pasaba a
ser república o anti república, de ese modo da un viraje en su partido y “reemplaza”
a Maffei por Patricia Bullrich, a su economista Rubén Lo Vuolo por Prat Gay,
las ideas de Alfredo Bravo por las de Fernando Iglesias, un “talibán” defensor
de lo peor del antichavismo, de ser denunciante conjuntamente con Mario Cafiero
del megacanje y la deuda externa a enviar cartas chupamedias a la embajada norteamericana. Enojada luego porque una de sus mejores
diputadas Marcela Rodríguez promocionó un proyecto de obstrucción de trompas,
creó la Coalición Cívica-ARI una verdadera menesunda política donde confluían los
viejos ARI con extraños personajes de la nueva, vieja anti política.
Más allá de nombres e historias, Elisa Carrió ha conducido su
camino político a una derechización lamentable, construye y destruye lo que
acaba de construir, transforma en enemigos públicos a quiénes hasta ayer nomás
iban de su brazo y denunciándolos de las peores calamidades, o al revés puede
llegar a pactar con quien definió como corrupto con el solo objetivo de lo que
ella llama “salvar la república” (¿y el contrato moral?). Lo peor de esto es
que la propia Carrió cree que ella es la república o el ángel salvador que la
librará de los que la quieren destruir, en este aspecto tiene puntos de
coincidencia con el mesianismo kirchnerista que cree, a partir de su relato,
que con la llamada década ganada ha comenzado la historia de la patria.
lilita y alfredo bravo |
¿De que serviría salvar la república si este concepto está
vacío de contenido? Los países tienen tensiones, intereses contrapuestos, contradicciones,
luchas de clases y de poder, una república sin la contemplación de estas
contradicciones es practicar un republicanismo bobo que no construye una nación
en serio y se transforma en una cascara vacía. No se construye una nación sin
una república (modelo kirchnerista) pero tampoco una república sin una nación
soberana; ¿será este el modelo de lilita?
Tampoco se construye una república si no se entiende a la
política como una construcción colectiva y democrática, y Lilita ha estado muy
lejos muchas veces de hacerlo como líder política, es recordable por ejemplo su
actitud cuando en el 2009 impuso de prepo legisladores cobistas en las listas
de la Coalición Cívica, como fue el caso de “cachi” Gutiérrez ,intendente de
Pergamino, quien tuvo que dar un paso al costado por el escándalo de su posible
connivencia con el proxenetismo en su ciudad y fue reemplazado por otro
cobista; Mario Barbieri, intendente de San Pedro quien no renunció para asumir
como diputado a la intendencia. ¿Y la república y la democracia?
Elisa Carrió ha sido una gran ilusión para muchos (me
incluyo), pero ha sido también una profunda y lamentable decepción. En alguna
oportunidad ha querido emularse con figuras de gran prestigio moral como
Leandro Alem y Lisandro de la Torre, ambos terminaron sus vidas suicidándose,
Lilita lo ha hecho políticamente en reiteras ocasiones. Su última acción de
pegar un portazo en UNEN y coquetear con el macrismo, creo ha sido la última.(*) Publicada en ENLACE CRITICO
No hay comentarios:
Publicar un comentario