POR LUIS SELLÁN(*)
Mientras el
gobierno juega a la revolución nacional
y popular, reestatizando el predio de la rural y haciendo negocios con la
Chevron. Los argentinos fuimos sorprendidos a diez años de los sucesos del
2001por un breve y preocupante regreso del pasado.
Primero en
la turística ciudad de Bariloche, y luego desparramándose en varios centros
urbanos importantes de nuestro país. Entre los que se encuentran Zárate y
Campana, fuimos testigos del retorno de lo saqueos a supermercados y diversos
centros comerciales, cargados de una inusitada violencia.
Se hace
difícil entender las motivaciones políticas y sociales que provocaron los desmanes
y saqueos masivos a los cuales estamos refiriendo. La primera impresión, vista
con trazos muy gruesos, fue la presencia de hordas de vándalos robando en centros
comerciales y que no parecían estar motivados por el hambre. No fueron personas
famélicas buscando un paquete fideos o un trozo de carne cómo se ha visto en
otras oportunidades, las imágenes mostraron a familias enteras-muchas mujeres y
niños- robando descaradamente electrodomésticos de alta tecnología,
fundamentalmente televisores de alta definición. En algún caso se pudo apreciar
a un sujeto llevándose cuatro plasmas en un changuito. Imágenes que parecían de
un relato de realismo mágico garcíamarquiano.
¿Por que
sucedió esto?, ¿Por qué en este momento?, ¿Quiénes los provocaron y cuales
fueron sus objetivos? Son algunas de las preguntas que nos hacemos en estas
horas. Ante lo sucedido se mezclan incertidumbres, miedos, odios y
resentimientos que afloran combinados con el espíritu de las fiestas de fin de
año. Estimo, que la mayoría coincidimos
que estas no son las mismas condiciones del 2001 o el 89. Si bien, sobretodo en
el 2001, había condiciones objetivas de extrema pobreza, aquellos saqueos se
llevaron puesto dos gobiernos con la complicidad de sectores de poder económico
y políticos, por eso no suena descabellado
pensar que esto pudo haber sido orquestado por alguna mano negra o quizás la
misma.
Hoy el
plano es otro sin embargo, hay importante contención social a través de los
planes sociales, los trabajadores discuten ganancias en el marco de paritaria. Pero
es evidente la desaceleración económica
que hemos vivido en este último año, hay sectores que no gozan de la política
de “inclusión Kirchnerista”; la asignación universal no es universal y ya
alcanza para bastante poco. El gobierno con la soberbia y ceguera que nos tiene
acostumbrados niega los datos de la realidad, que son: la falta de crecimiento,
el estancamiento del empleo, la inflación y el aumento de los despidos y suspensiones.
Además otra vez algunas provincias tienen dificultades para pagar sueldos,
aguinaldos y jubilaciones. La negación
de estos datos de la realidad socioeconómica, provoca reacciones adversas, aveces
las peores reacciones y las menos deseadas.
El gobierno
ya tiene sus “culpables”, Moyano y Micelli, lo que constituye una autentica provocación
a todos los sectores que comparten ese segmento político - sindical y que no
están con el corifeo de aplaudidores oficiales, que tanto hacen gozar de
felicidad a Cristina.
Es incoherente
la acusación que hace el gobierno además de provocadora. Tanto Moyano al igual
que la CTA de Micelli no “manejan” al sector social que pareció participar de
los saqueos, es más el día anterior debido a la marcha conjunta convocada por ambas
centrales obreras, acusaban a este sector desde el oficialismo de estar
defendiendo a trabajadores “ricos” que pelean para que no les descuenten
ganancias. Precisamente; ¿quienes manejan generalmente a estos sectores cuasi marginales
y vandálicos que en este caso robaban electrodomésticos caros? Sería la gran pregunta
para hacerse.
El gobierno
parece estar encorsetado en sus propias contradicciones y debilidades, por lo
que no sería descabellado pensar que quizás esto pudo haber sido producto de
estas contradicciones.
FACILISMO E
IMAGEN
Un tema que
pareció realmente impresionante fue ver que el flanco preferido de la turba
fueran los electrodomésticos en especial televisores de alta gama. La imagen
indignante seguramente, también es preocupante desde lo político y lo cultural,
como para preguntarnos ¿dónde estamos parados como sociedad? Los aparatos televisivos
se transformaron increíblemente en un vellocino de oro deseado como un tótem.
La tele lo domina todo, todo pasa por ese aparato, desde Tineli y su bailando
por un sueño hasta los programas que muestran a los jóvenes-pobres- en su mas execrable
de las facetas, lo importante es tener o estar en la tele, lo que importa es la
tele.
Esta concepción
del consumismo facilista e inmediato se conformó en los nefastos noventa, los
noventa y el menemismo fueron un mazazo en una parte importante de la sociedad
argentina condenados al fracaso, la pobreza, el facilismo y el olvido. Nadie
probablemente se acordará de estos muertos.
Lamentablemente
se ha hecho carne en ciertos sectores de la sociedad la política del facilismo.
Facilismo en la escuela; dónde hay que contener a cualquier precio disfrazando
eso con el termino de inclusión, el facilismo asistencial, el facilismo jurídico:
Pregunto ¿como se le puede exigir a alguien que se lleva cuatro plasmas que
crea que eso va a tener castigo si días antes seudos hinchas de boca fueron
liberados luego de protagonizar desmanes en el centro de la ciudad?, ¿o ver
como trece canallas acusados de secuestrar a Marita Verón y dedicarse a la
trata de personas son absueltos?. Total pensará, todo vale, nada tiene castigo.
Total, dice Pablo Milanes; la vida no vale nada cuando caen cuatro por minutos y al
final por el abuso se decide la jornada. La vida no vale nada total Tineli nos
baila por un sueño y el futbol ahora es para todos. Como diría el gran Tato:
Good Show y vermut con papas fritas.
(*) Publicada previamente en ENLACE CRITICO
(*) Publicada previamente en ENLACE CRITICO
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